No me hubiera imaginado que mi vuelta a la escritura nocturna, con la cuenta atrás para la alarma mirándome mal desde la estantería, sería por Skam.
Skam, la serie noruega que está dando la vuelta al mundo con distintas versiones que siguen las mismas tramas, lideradas por los mismos perfiles de personajes. Por lo que he visto, las únicas cosas que realmente cambian son el idioma y los nombres de los personajes. Puedo estar pre-juzgando el resto de historia, pues esta entrada no es más que el resultado de una necesidad de plasmar todo lo que se me ha pasado por la cabeza en estas últimas horas durante las cuales he podido disfrutar de los primeros episodios de la tercera temporada de Skam Francia, así que tengo pensado seguir bien de cerca la temporada e ir comentando su evolución.
Empezaré hablando sobre nuestro querido protagonista y sucesor de Isak: Lucas. Es ternura pura. Se me encoge el corazón con su sufrimiento. Me gusta porque me ha desgarrado por completo la emoción que Axel Auriant (Lucas) consigue transmitir en esas últimas escenas que acaban con la oscuridad que engulle a su personaje y dan paso al pequeño rayo de esperanza. Es bonito ver cómo sus heridas sanan, literalmente, al encontrar el apoyo que creía inconcebible.
Eliott, nuestro co-protagonista, me parece tan misterioso que es digno de aplaudir. Conozco la historia de Even a la perfección y me he dejado enamorar por su personaje cantidad de veces, así que Eliott no debería suponer ninguna novedad, mucho menos una que me remueva todo de nuevo... pero lo hace. Tal vez sea la expresión tan viva de Maxence Danet-Fauvel, actor debut que da vida a Eliott y a sus fantasmas, nítidos sobre el papel y reflejados en la mirada, pero hay algo que me atrapa por completo.
Una escena que quiero destacar es, por supuesto, cuando Lucas y su compañera de piso no se dicen nada y se lloran en silencio. Creo que lo mejor que tiene esta serie es el silencio. Te obliga a apartar los ojos del subtítulo y a fijarte en las expresiones de los actores, las muecas que los convierten en personas que podrían estudiar contigo. Es bonito y a la vez arrollador cuando traspasa la pantalla y no te queda otra que darle vueltas y más vueltas, buscar teorías y volver a ver algunas escenas. Es la magia de Skam.
Quiero saber más de Eliott, pero supongo que esa es la intención del director, así que no le voy a poner demasiadas pegas. De hecho, el objetivo queda totalmente cumplido en el momento en el que me atrae tanto el misterio de Eliott y cómo lo van a resolver en esta nueva edición que la espera no se me hace pesada.
Me gustan las similitudes que han dejado hasta en la manera de ambientar las escenas, con el color pálido que grita país nórdico, con estilismos parecidos a los utilizados en la original... ayudan a mantener el encanto y a enganchar al espectador una vez más. Debería ser aburrido, ¿no? Pues no lo es.
En estos primeros capítulos, y sin necesidad de haber visto todo lo anterior, he podido ubicarme a la perfección y disfrutar de todos los personajes, así que recomiendo saltar directamente a esta temporada si las primeras suponen un bache de pereza tan alto que no permite llegar hasta la historia de Eliott y Lucas. Hasta donde he visto, vale la pena. Te arrastra con ellos y te obliga a meterte debajo de sus pieles para sentir la ilusión, el miedo, el alivio y la desolación.
Y, ahora, la verdad más dura y especial de Skam: a esperar a un nuevo clip. Y a pensar en el mural, en los universos paralelos y en los dibujos de Eliott.
2 Comentarios
si quieres saber un poco de eliott mira su instagram (igual de misterioso que el personaje), es el primer "even" con una cuenta desde el principio, fue una de las cosas que me encantó de esta versión porque las fans lo descubrieron (primero porque había una cuenta acerca del proyecto de eliott "polaris" que te lleva a la cuenta personal del personaje) y te darás cuenta de muchas cosas desde su perspectiva :')
ResponderEliminarhola, como veo la serie, saben de algùn sitio para verla ?
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