ALFRED VUELVE A CASA || CRÓNICA 1016 TOUR.

Alfred Garcia vuelve a casa y lo hace con dos noches consecutivas y totalmente vendidas en la Sala Barts. 





Barcelona recibe el 1016 Tour por primera vez el 11 abril, y es Joe Dolman, cantautor británico, quien abre el espectáculo. Lo hace con un total de siete canciones, seis de las cuales propias. Presenta "Drag Me Down", su próximo single (en plataformas digitales a partir del 26 de abril), y consigue sumir la sala en silencio para el "Close To Home" que toca el corazón del público.



Sus canciones, defendidas a voz y guitarra, se hacen tan agradables al oído que las redes se llenan con mensajes de apoyo para Joe. Y luces, la sala se llena de luces. También se llena de voces cuando Joe regala una versión de "Perfect" de Ed Sheeran y el público la canta con él. 



Con la camiseta del Futbol Club Barcelona y su "hola" tras el que anuncia no saber mucho más español, nos enseña los coros para su último tema y toda la sala canta el "Something Beautiful" con él. Hace la espera mucho más agradable y, de hecho, es tan, tan agradable, que no es la última vez que le vemos esa noche sobre el escenario.



Y llega el momento.

Alfred no aparece sin previo av
iso, y tampoco lo hace con una cuenta atrás. Lo hace con un repaso de su último año en un audio que mezcla pasadas valoraciones del jurado en su paso por Operación Triunfo 2017 y temas propios y actuales de su álbum debut 1016. Todo un viaje de emociones mientras los músicos que le acompañan desde hace años se suben al escenario para preparar el espectáculo. 








Por supuesto, "1016" abre el espectáculo. ¡Cámara y acción! Alfred subido en el piano, Alfred tocando la guitarra, Alfred saltando con sus músicos y acercándose a sus fans... Alfred disfrutando y viviendo su música y su público.

Tal vez lo más bonito de este espectáculo sea lo íntimo y real que lo hacen todos los presentes en el escenario, la alegría que se siente y se transmite, las ganas innegables de salir al escenario y darlo todo. No recuerdo una sola canción en la que Alfred o alguno de sus músicos (Gloria Maurel, Raúl Gimenez, Pol Álvarez, Marc Quintilla, Dylan Chandler, Víctor Garcia y Álex Carreteros) no sonrieran, no bailaran, no jugaran entre ellos o no mostraran ganas y solo ganas de actuar.


Pero Alfred no conquista solo el escenario. Lo hace con una banda impecable y cinco invitados, todos y cada uno de ellos vitoreados por el público. En primer lugar, invita a su artista invitado, Joe Dolman, a compartir escenario para defender el tema que dedica a su segunda ciudad, como remarca nada más empezar el concierto: "Barcelona". Es una actuación de lo más íntima, y me atrevo a decir que uno de los detalles más bonitos de la noche. 

No solo comparten escenario, sino que parecen danzar con un respeto brillante el uno por el otro, casi tratando de no taparse, de no pisarse. Comparten el escenario y lo hacen bien y de verdad. Es bonito de ver, además de escuchar, cómo Alfred se sienta al piano y Joe le acompaña al lado. I want to meet you in the streets of Barcelona.




Uno de los dúos más melódicos y adornados con cierto misterio y una instrumental nostálgica, "Wonder", es interpretada por ambos autores, la sala Barts dando la bienvenida a Paula Jornet, con quien Alfred comparte unas luces verdes y el público más entregado.






Otro de los invitados de la noche, fuertemente aplaudido y disfrutado, es Albert Pla. Acompaña a Alfred en una versión de "Tu canción" que, más tarde, el protagonista de la noche nos confiesa con humor, naturalidad y ese carisma que le caracteriza que la canción fue elegida por el mismo invitado.






Sin duda, y seguramente porque comparten las mismas raíces y porque siguen creciendo juntos, la entrada de Roi Méndez al escenario es la más celebrada, gritada y compartida en redes. "Somos dieciséis hermanitos", asegura Alfred y emociona a todo un público que, año y medio después del inicio de OT 2017, sigue tan leal como el primer día, o incluso más. Es increíble lo bonito que sigue siendo el apoyo a las mismas voces de hace  casi dos años, a pesar de todas las nuevas que se han hecho hueco en los últimos meses. 






Considero necesario destacar el regreso del trombón para una de las muchas instrumentales de la noche, su quinto invitado. Con un sketch gracioso al acabar "Lo que puedo dar" en el que los músicos parecen abandonar a Alfred por un fallo técnico, el trombón aparece como solución... ¡y manos a la obra! Música, música y más música.




Música acústica y un acorde menor por decir algo, porque este chico y su banda se pasean sin problema por tantos ritmos y colores, acordes y juegos melódicos que no hay manera de describirlo. Son música, son 1016.



Al piano interpreta "La ciudad" y "Londres", de las más sentidas y escuchadas, de las que más dejan apreciar su voz, tan delicada algunas veces, como también nos deja descubrir en "Por si te hace falta".




Temas como "De la Tierra hasta Marte" y "Sevilla" son cantados, interpretados y vividos por toda la sala. Las luces vuelven a llenar el recinto con "Que nos sigan las luces" y la emoción que se respira no ha cambiado nada desde la primera vez que sonó en directo en un Palau Sant Jordi. Siempre aporta algo especial a los conciertos, y este 1016 Tour no iba a ser diferente.



"No cuentes conmigo" es interpretada sin su co-autor, Carlos Sadness, igual que el "Et vull veure", sin Amaia Romero. Eso sí, ambas canciones son igual de adoradas y mimadas por el público, el cantante y la banda. Tras la balada catalana, Alfred agradece a las personas que le inspiraron a cantar en su lengua materna. Y qué bonito escucharle hacerlo.



Todos los presentes gritamos el "ara varu teia" de "Volver a empezar" y el "sí, sé tu estrella" de "Sevilla", y son de las cosas más emocionantes que se escuchan en esas casi dos horas de espectáculo.



Sin dejar de hacer referencia al David Bowie que nos enseña en la camiseta tras quitarse la cazadora, homenajear a Queen con unos cuantos acordes de Bohemian Rhapsody y cantar a dúo el Human Nature de Michael Jackson, Alfred conquista al público de todas las generaciones y sacia el deseo de un gran abanico de estilos y menciones. Un viaje por la música.



Un viaje por su música, también, uno en el que nos cuenta que empezó "tocant a sales on veníen dos o tres persones, i dos anys més tard, omplint dos vegades la Barts (tocando en salas donde venían dos o tres personas, y dos años más tarde, llenando dos veces la Barts)". Es, cuanto menos, emocionante.






Alfred anuncia el final del concierto con "Madrid", uno de los temas más cantados y disfrutados de la noche, pero reaparece unas cuantas veces para completar el espectáculo, presentar a todo su equipo y disfrutar del "Himne del Prat", mientras abraza a sus músicos e interactúa con el público. Y qué bien lo haces, Alfred, y cómo se nota que este siempre ha sido tu sueño, ahora cumpliéndose y despegando al fin. Y qué bonito es verte amar a la música y respetarla tanto, dedicarle tantos solos, tanto protagonismo y tanta luz.


Presenta a sus músicos, demuestra lo imprescindibles que son y se aparta del foco cuando la música pasa por encima de todo. No podría contar las veces en las que deja total protagonismo a sus músicos, sus instrumentos y su equipo. 1016 es trabajo en equipo, triunfo en equipo.






Un pedacito de mí se ha quedado para siempre en los saltos con los que acabamos el "Let Me Go" y el concierto. Todo el mundo en pie, Alfred entre el público, entregándose de la única manera en la que no se ha entregado todavía, los músicos en el escenario sin dejar de sonreír y disfrutar... una fiesta. Una fiesta de la que nunca vamos a poder escapar, porque algo, por muy pequeño que sea, se ha quedado atrapado en esa sala Barts, ahogado por los miles de gritos, miles de saltos y miles de voces que piden lo mismo: que no acabe la música.


"Que no acabe la música", algo que no da miedo pedir de la mano de Alfred, su banda y su 1016. 

Porque íbamos a terminar, pero fuimos la eternidad.



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