Reseña cinematográfica: A LA DERIVA || EL PREESTRENO.

A una semana del estreno de "A la deriva", Diamond Films España nos ha invitado al preestreno en Cinesa La Maquinista, donde hemos podido disfrutar de poco más de hora y media de película, dirigida por Baltasar Kormákur. 

"A la deriva" (Adrift) es la adaptación cinematográfica de los hechos reales que vivieron Tami Oldham y Richard Sharp en 1983, cuando partieron de Tahití con un velero que llevar hasta un puerto californiano. Enamorados, prometidos y con un mes de aventura por delante... Hasta que se ven atrapados en uno de los huracanes más catastróficos en la historia. 

Tami despierta herida y sola en el barco, completamente destrozado por la intensidad de la tormenta. Aun así, consigue arreglar todos los desperfectos necesarios para ir al rescate de Richard (Sam Claflin), quien descansa su herido y roto cuerpo en el bote salvavidas, a pocos metros del barco. Una vez a bordo, ambos deben sobrevivir a más de cuarenta días a la deriva, con todo lo que eso implica.

La historia está contada a través de dos líneas temporales: el presente (a la deriva) y el pasado (los cinco meses previos al huracán). Estas se cruzan en los momentos exactos para que el espectador pueda conocer la historia en su totalidad y conectar con los personajes y con su historia de amor en tierra, así como su supervivencia en alta mar. Al estar entrelazadas, ninguna de las dos líneas temporales se hacen pesadas ni aburridas. Las escenas acaban donde deben acabar y saltan en el tiempo para dejarnos ver un poco más de otro punto en sus vidas. 


Shailene Woodley hace un trabajo impresionante dando vida a Tami. Desde la primera escena somos testigos de su fuerza, movida por la adrenalina, de su incansable intento por sobrevivir. La vemos derrumbarse y hundirse en la desesperante desesperanza que la situación ofrece, pero también la vemos celebrar la lluvia y la mantequilla de cacahuetes. La vemos enfrentarse a sus propios valores para intentar sobrevivir. Es una lucha constante para seguir adelante que se marca cada vez más en su piel. Literalmente. Es increíble el trabajo que hay en esos ojos cada vez más cansados, en ese cuerpo cada vez más decaído y débil. Creo que Shailene ha hecho un papel excepcional y ha sido capaz de transmitir la angustia, la desesperación y el miedo. 


Creo también importante mencionar cómo los colores juegan mucho en pantalla para arrastrar al espectador dentro de la historia: colores cálidos y brillantes en los primeros días, pálidos y fríos después de la tormenta. Entre el cambio de líneas temporales, las tonalidades ligeramente distintas y los sonidos tan reales y envolventes de estar bajo el agua y atrapada en un huracán o completamente sola en el mar, es imposible no sentirse parte de la historia. Está muy bien dirigida y planteada y tiene un objetivo que se cumple, que es transportarnos al otro lado de la pantalla y hacernos conectar con la historia real.

Sin duda, lo más emocionante es ver fotografías de la vida real de Tami y Richard al finalizar la película. Me parece una historia de lo más delicada, triste y poderosa y espero que, si estás leyendo esto, vayas a verla a partir del 29 de junio, el día de su estreno. Vale la pena. 

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